Tú tuviste dudas. Empecé a darme cuenta de que no solo
era yo la que contaba con la inseguridad como inquilina. No era la única en
preguntarme mil cosas, en reflexionar una y otra vez sobre nosotros. Y sé que
no debería decir “nosotros”. No ha habido nunca nada. Supongo que nos movieron
otros intereses y que aunque el amor no triunfe siempre quedarán restos volando
a nuestro alrededor.
Me gustaría pedirte que no me olvides. Yo no pienso dejar
que tu recuerdo caiga en el olvido. Aunque me vaya, aunque pase el tiempo, aquí
estaré. Puede que no esté esperando y hasta puede que el fuego se haya apagado;
por favor, si eso pasara, enciende las cenizas. Mírame y entonces dime lo que
sientes. Tú ya sabes de sobra lo que me sucede al contacto con tu piel. Y
siento tener que dar esa imagen de indiferencia, de tonta; que ni siquiera
puedo articular palabra y si logro hacerlo me quedo con esas sensación de
pensar que te podría estar hablando horas y horas y no soy capaz ni de decirte
un uno por ciento de lo que pienso. Y aunque me alegre de verte, siempre me
queda esa impotencia de pensar que no puedo. Me acabo martirizando sobre si soy
una niñata que no sabe lo que quiere, pero eso no es cierto; te lo puedo
asegurar. Te quiero a ti.
Es entonces cuando
llegan las noches grises y frías en las que la tristeza se convierte en el
estado de ánimo habitual. Pongo algo de música y trato de arrancar unos versos
al dolor. Y no sé cómo, me salvas. Consigues rescatarme de ese círculo vicioso
en el que solo me hundo y me hundo cada vez más. Tiras de mí con fuerza y me
sacas de ese pozo sin fondo al que caí sin remedio. Eres ese superhéroe del que
se habla en los comics y en las películas. El que cuida, el que protege, el que
con un solo abrazo es capaz provocarme una sonrisa que dura semanas.
Con todo esto no trato de decir que mis dudas hayan
desaparecido; al contrario. Quiero esperar, sentir, descubrir; quiero mil
cosas. Pero empiezo a darme cuenta de que tú vas a estar presente en mi mente
en cada paso que dé. En cada palabra que escriba. En ese dolor en los labios
que me provoca el no poder besarte. Pero supongo que aún debo aprender y vivir
bastantes cosas antes de plantarme frente a ti y poder decirte que ya no soy
esa niña pequeña, que crecí y que pienso darte un beso con superpoderes; de esos
que son como tus abrazos, capaces de crear sonrisas verdaderas y de hacernos
volar.
Me encuentro actualmente en esa situación... Sólo que el superhéroe se ha cansado de esperar, se ha hartado de incertidumbre. Y no sé qué hacer para sanar mi corazón, creo que empezaba a tener claro que lo quería. Pero no voy a arrastrarme más, ya le he demostrado que me importa. En realidad no sé por qué escribo esto aquí, pero esque duele tanto... Imagínate por un momento que pierdes a esa persona especial por tus inseguridades... Me he sentido muy identificada con esta entrada, no pares de escribir. Atentamente: Otra soñadora
ResponderEliminarSiento haber tardado en contestar cariño :( No te sientas mal, es normal tener miedo y sentirse mal a veces, pero hay que salir adelante como sea. Estoy segura de que si le importas de verdad siempre tendrás un huevo, por pequeño o grande que sea en su corazón. Las personas somos así, no podemos olvidar a las que realmente han sido especiales y eso es mágico. Mucha suerte cariño, espero que te vaya bien.
EliminarGracias soñadora, un abrazo ;)