miércoles, 12 de diciembre de 2012

martes, 11 de diciembre de 2012

Je pense a tes... YEUX (boceto).

Mis bocetos también van a volar conmigo; sufrirán una metamorfosis que los transformará en cuadros y tendrán esas alas que ahora están formándose. Solo necesito un lienzo, pintura y un pincel; de la magia ya me encargo yo.

sábado, 8 de diciembre de 2012

...and the big bad wolf...


Tú… otra vez tú. Y de nuevo caí en tu trampa. Pero no soy esa niña tonta de antes que hubiera luchado por ti hasta derramar la última gota de sangre. Ahora voy a protegerme a mí; lo que siento, lo que soy. ¿Acaso crees que no puedo empuñar una espada?; no soy tan débil como parezco. Soy fuerte y más  de lo que esperas: eso será tu perdición.

Crees que cederé de nuevo a tus encantos. Volverás a dedicarme esas miradas llenas de mentiras, y sonreirás dejando ver tus afilados colmillos que esperan el momento de desgarrar mi piel. Seguro que ya has afilado tus garras y estás esperando a que baje la guardia para atacar. Esperas que caiga de nuevo a tus pies. Crees que puedes manejarme a tu antojo como si fuera una marioneta… ¡Como si fuera tuya! ¡Se acabó! Solo quieres volverme loca para devorarme después, cuando no espere tu ataque. Estás jugando conmigo… soy una muñeca rota que estás dispuesto a acabar de destrozar. Pero tu olor ya no me parece tan dulce, ahora hueles a sangre y siempre debió ser así. Tan enamorada, tan ciega, tan… ¡imbécil! No quise ver lo que eras y ahora esa es mi tortura. Y por eso debo acabar con esto antes de que tú acabes conmigo.

Buscaré una armadura que me proteja de tus ataques y por fin te demostraré que no solo puedo empuñar una espada; también puedo usarla. Eres demasiado confiado; ya me ves muerta antes de empezar. Pero puedo acabar contigo y lo haré. No pienso dejar que me devores; no te daré el gusto de ser tuya una vez más. No lo soy, y jamás debí caer en tus engaños. Tus palabras eran demasiado bonitas y tú eras demasiado perfecto. Juraste que me amabas y tus palabras se las acabó llevando el viento junto con todas las lágrimas que derramé por ti…

Me enamoré de un monstruo que no se arrepentía de matar y que no iba a dejar de hacerlo mientras viviera… Voy a ser yo la que acabe con tu reinado de terror, con tus promesas a medias, con tus encantos. Hasta aquí llegó tu tiempo, vas a dejar de ser lo que eres y elegiste que fuera por la fuerza.

Estoy lista, si es necesario moriré matando…
                                                                                                                     

viernes, 7 de diciembre de 2012

Desgarro lento


Deambulo solitaria; vestida de negro. De rojo y negro. Mi piel ya está perdiendo el tono color carne que obtuvo durante el verano y vuelve a ese tono blanquecino; parezco un fantasma. Un fantasma con un abrigo y un gorro de lana. Pero eso no es lo que me preocupa. Lo que realmente me quita el sueño por las noches es que temo que lo que duerme en mi interior no sea un fantasma, sino un monstruo… Noto sus gritos desesperados, sus ansias de salir al exterior; como me desgarra desde dentro para conseguir su propósito. Trato de ocultarlo con miradas que se van al suelo y con palabras ahogadas en grandes sorbos de té. Cada vez me cuesta más retenerlo, ya casi  no puedo ni respirar; me cuesta demasiado… en el fondo sé que ese monstruo no es un parásito que se ha instalado en mi interior, sino yo misma. Es mi dolor, mi miedo, mi desconfianza, la tristeza que se esconde detrás de mis pupilas. Yo soy ese monstruo. Soy las garras de la desesperación y los gritos ahogados en el silencio de una noche fría y eterna en la que no se ve ni se verá nada… Y sé de sobra que me acabaré convirtiendo en ese pequeño monstruo que se arrastrará por las calles destrozándolo todo a su paso, hasta que se atreva a desgarrar su piel hasta arrancársela. Seré yo la que destroce su piel para salir a la superficie. Y entonces, caminaré desnuda por la ciudad…

lunes, 3 de diciembre de 2012

Resistencia fría

Camino sin un rumbo fijo por las grises calles de la ciudad. Mis piernas se mueven solas, lento... pronto empiezo a tiritar; me apodero de mis pasos y ando más deprisa para tratar de entrar en calor. Cuando llega el frío a la ciudad, todo parece caer en las garras de la rutina, que poco a poco va devorando a los que no se resisten a aceptar que todos los días van a ser cada vez más iguales. Huyo de ella, me da pánico que se haga un canuto conmigo, le prenda fuego a un extremo y me pose en sus labios como si fuera un cigarrillo. Probablemente, se sentaría en su enorme sillón de jefazo y daría grandes caladas mientras terminaría de escribir un informe sobre lo fácil que le resultó atraparme. Pero, señora rutina, siento decirle que voy a seguir avanzando mientras la dejo tan atrás que hasta me pierda la pista. Que aunque haya veces que los días se me hagan eternos y no vea claro el momento de soñar y sonreír, y usted casi me tengo en su poder; invocaré a mi musa para que me reviva. No pienso convertirme en una pequeña sombra más para esta ciudad repleta de cementerios de sueños, donde las alas no se valoran y son arrancadas de cuajo, dejando un hueco que no se puede llenar... Si una se fija bien, hasta puede apreciar rastros rojos, casi oxidados, provenientes de espaldas solitarias que lloran por la pérdida  y vendas mojadas por las lágrimas en los ojos de tantos... No quiero convertirme en un alma en pena que deambule por la ciudad en busca de unas plumas desgarradas y ensangrentadas. Voy a seguir volando aunque el frío aumente con la altura y me cale los huesos, que más dolor sentiría si dejara de ser yo...

domingo, 2 de diciembre de 2012

Jaulas de cemento

Este es otro de esos domingos grises y solitarios. Trato de buscar inspiración suficiente para escribir algo que me convenza, aunque eso es algo difícil. Miro por la ventana de la habitación de rato en rato y veo como ese azul cielo se va convirtiendo poquito a poco en un negro azabache. Me levanto y me estiro mientras se me escapa un bostezo a causa del cansancio. Doy una pequeña vuelta por la casa como tratando de buscar, de encontrar algún tesoro escondido en la oscuridad. Pero a mis padres les deben gustar más los espejos, así que solo encuentro una y otra vez mi pequeña y demacrada figura... Me siento como un pájaro solitario en una jaula gigante hecha de grandes edificios y gases que asfixiarían a cualquiera que pasara un largo tiempo respirando esa basura. Y debe ser así como ocurre; poco a poco perdemos la fuerza que tenemos al respirar ese veneno y al no poder ver el cielo tras esa enorme jaula. Y por si eso fuera poco, hay más pajaritos dentro, algunos son pequeñas golondrinas, pero otros son buitres que están esperando a que te dañes un ala para devorarte poco a poco, o del tirón... eso ya es su elección. Y ese no es el único peligro que hay: la mano que nos alimenta; los de arriba: esos son los peores. Se creen que somos tontos y que nos pueden controlar. No saben que además de borregos existen los librepensadores y que aunque ellos sean los "dueños" de estas jaulas nosotros podemos encontrar la manera de salir de ellas, de volar, de ser verdaderamente libres. Eso me hace feliz, y subo alto, tan alto que puedo mirar desde arriba a las nubes, pero... lo cierto es, que si sales de una jaula es para entrar en otra...