Esa noche sobraron los motivos. Aún así no pude hacer otra que escucharte en silencio y tratar de robarte alguna que otra mirada. Me senté en el suelo helado y mi sonrisa se deshizo tan rápido que ni siquiera pude darme cuenta. Callé por tanto tiempo que los labios se me acabaron secando. Y tú seguías ahí, como siempre, con la mente en otro sitio. Quizá por eso te observaba en silencio. Para que pudieras seguir soñando despierto. A mí también me hizo falta mandar mi mente muy lejos de aquel lugar.
La noche avanzaba a un ritmo acelerado. Los relojes me
clavaban sus agujas en el pecho. El tiempo estaba decidido a hacerme perder la
razón, pero tú ya habías conseguido quitarle esa opción. Y qué más da;
después de todo si tienes en tus manos mi mente probablemente la convenzas de
salir corriendo para no volver a verte nunca. Y eso es lo único que me duele.
Lo demás ya no me importa.
Reconozco que me sentí única y una más al mismo tiempo. A
lo mejor, no debí pensar tanto y actuar más. Podía haberme sentado junto a ti y
haber empezado una conversación. Pude salir corriendo bajo la lluvia que mojaba
el exterior desde hacía un rato. Y sin embargo, decidí quedarme para que
lloviera también dentro de aquel lugar y volverlo agridulce...
De nuevo volví a ser esa criatura pequeña y estúpida la cual, sin saber muy bien por qué, tiembla y a la que se le olvida hablar. Necesitaba decir tanto
y se quedó en tan poco. Sé que eso ya viene siendo costumbre en mis encuentros
contigo. Y tú me soportas; eso es lo único que me hace quedarme. Aunque quizá
debiera salir corriendo para no volver y dejar de molestarte de una puñetera
vez. Pero algo de cariño debes tenerme o por lo menos eso me gusta pensar.
Y cuando me tocó volver a casa me dediqué a buscar las
estrellas que se escondían tras las nubes que hacían que aquella noche fuera
aún más oscura. Pero aún así la seguiré recordando con cariño. Supongo que no
debería pararme a pensar en lo que pudo ser y no fue… y no será. Me gravé esas
palabras en la piel hace ya un tiempo. Pero no termino de asimilarlo y quizá
ese es mi único y verdadero problema…
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