miércoles, 30 de enero de 2013

Sabor a óxido


Fui sintiendo poco a poco como las plumas que antes recubrían mis alas empezaban a caerse…

Durante noches lloré de impotencia mientras caían al suelo. Intentaba recogerlas para guardarlas en un lugar seguro, pero al contacto con mi piel se deshacían en cenizas que acababan siendo arrastradas por el viento. Ahora ya no queda ninguna, y la estructura que las sostenía se ha vuelto de hierro solo para oxidarse y destrozar mi espalda.

No me quedan fuerzas suficientes para moverme, probablemente mi esqueleto también se esté transformando y no puedo con el peso de mi propio cuerpo.

Mi alma, sencillamente, se fue con las plumas que ya no están.


domingo, 20 de enero de 2013

La habitación donde siempre llueve.



Me encantaba mirar a través de los barrotes. Podía contemplar la lluvia, y eso realmente me relajaba. Esa enorme jaula llegó a parecerme un buen refugio para protegerme de los problemas; para esconderme. No quería ver que dentro también llovía…


sábado, 19 de enero de 2013

Cenizas de mariposa



Aún no aprendí a jugar. Siempre pierdo. Pero no me da pena. El juego del amor es complicado. Arriesgar es difícil si se piensa que las posibilidades de ganar son nulas. Y hay veces que se puede triunfar, pero no se está muy seguro de si es lo correcto. Duele.

Vienen tormentas infinitas que rompen el tablero, los esquemas, el camino que nos creamos. El cielo explota en millones de lágrimas.

Sigo esperando, sigo sin las fuerzas suficientes para lanzarme a darte ese maldito beso que ya me quema en los labios desde hace tiempo. Me falta el valor para decirte que eres demasiado importante para mí. Que este juego se me da mal.

Aún me envuelve esa falsa capa de indiferencia para esconder la inseguridad. Joder, no puedo. Me convierto en una mariposa metida en un tarro de cristal cerrado por mis miedos. Los colores de mis alas empiezan a desaparecer, y muero sin remedio. Y sigo sin hacer nada. Sin destrozar el puñetero cristal. Sin acercarme a ti y decirte que te quiero.

Me dejo morir en soledad, viendo desde el vidrio tu sonrisa y perdiéndome en tu mirada. Caigo al frío suelo del tarro, con la miel en los labios. Y esa miel, es el veneno que acaba conmigo.

Pero en mi último aliento debo decirte que lo siento. Sé que no te gusta que esconda lo que siento y que has tratado de salvarme del abismo. Volví a decepcionarte una vez más. Pero aunque mi figura se quede fría e inmóvil, siempre guardará en sus labios efímeros, ya hechos cenizas, ese beso que nunca pude darte…


jueves, 17 de enero de 2013

Limpieza del alma

Llegó, al fin, el momento que estaba esperando. Después de un largo baño, después de llorar y que las lágrimas pasaran desapercibidas por el agua, después de tanto dolor… Mi alma también se limpió junto con mi cuerpo.
Pude notar cómo su pesar desaparecía al contacto con el agua. Y sentí ese calor que se siente cuando la felicidad te toca. Cerré los ojos, apoyé la espalda contra la pared y se me escapó de entre los labios una sonrisa.

Decidí entonces que me encantaría salir de la bañera y que “sin querer” se me hubiera olvidado la toalla, la bata, el pijama, la ropa interior, los calcetines: todo. Saldría del cuarto de baño desnuda y caminaría por la casa descalza. Se me pondría la piel de gallina al contacto con el frío, pero eso da igual. Seguiría avanzando, sin detenerme. Me miraría en todos y cada uno de los espejos que antes parecían escupirme y me pararía a observar todas y cada una de las cosas que no me gustan de mi físico. Las acariciaría muy suavemente y susurraría: “me quiero”…

Llegaría a la puerta y no dudaría en abrirla. Saldría a la calle, apenas iluminada por unas farolas. Notaría un picor en la espalda; instintivamente me rascaría y al forzar un poco la piel, empezarían a aparecer plumas. Nacerían unas nuevas alas que aprendería a usar en el momento. Volaría durante toda la noche, todo el día; todo el tiempo que necesitase.

Con mi alma desnuda tampoco necesito la ropa.

Estoy viva y voy a disfrutar de ese placer.

Esa maldita luz irresistible



En la oscuridad, pocas son las salidas posibles. Apenas las ves, cuando tienes los ojos vendados. Y te conviertes en un mosquito en plena noche, buscando una bombilla. Por suerte la mía es de bajo consumo y cuando me estrelle contra ella no arderé mientras caigo al vacío. De todas formas, el cabezazo contra el vidrio me dejará inconsciente y saborearé esa amarga dulzura de no pensar durante un instante. Entonces caeré y no podré mover mis alas para salvarme. Y todo por no saber ver que esa luz era artificial; por no darme cuenta de que su brillo era demasiado bonito para ser real. Supongo que cuando una está perdida se aferra a un clavo ardiendo, aunque este clavo acabe atravesando su piel y dejando una herida quemada sin posibilidad de que el agujero que cause, se cierre del todo… y así, con un cuerpo parecido a un colador; lleno de remiendos y cicatrices, empieza una nueva etapa: la recuperación. De nuevo toca coser esta muñeca rota que no aprendió todavía a ver el peligro que conlleva su ingenuidad…

martes, 15 de enero de 2013

Sol ardiente de junio ( Flaming June )



Y allí, posado en aquella mágica terraza se encontraba el fuego, durmiendo en el interior de una muchacha.  Como tratando de protegerse del inmenso mar que lo rodeaba se acurrucó y se cubrió con delicadas sedas anaranjadas que se confundían con su cabello; dando así a entender su presencia.

El sol daba aún cobijo a sus llamas en un atardecer eterno; mientras, una pequeña adelfa anunciaba su largo sueño. El vestido que adornaba su piel parecía estar hecho con el fino hilo que distingue al que mientras duerme se adentra en un sueño profundo del que ya no se encuentra en el mundo material. Y a través de la transparente tela, lograba verse su figura y puede que hasta sus pensamientos:- "recostada sobre mis sueños; pensando en cómo despertar, siento como me quema ese fuego que duerme en mi interior."- O quién sabe lo que su apagada voz podría contar: quizá, ese calmado rostro ocultaba un gran amor o tal vez, era la musa de algún artista afortunado que encontraba la inspiración en su mirada ardiente inapreciable ahora por su descanso. Puede incluso, que causara dolor a quienes se acercaran a ella o que fuera ella la que sufría por alguien.

Esa maga capaz atraer con la luz de su piel a aquellos que no encuentran su camino  y devolverlos a la vida con un suave beso, es el fuego. Basta con sentir su presencia para notar un leve escalofrío, sonreír y darse cuenta de que su sola existencia es la que provoca que la nuestra tenga sentido… 

domingo, 13 de enero de 2013

Vuelo bajo la lluvia.


¿Hoy?, llueve, pero es extraño. Una sensación demasiado olvidada por mí... inspiración: amor. Me hechiza; es tan deliciosa.

Me encantaría salir volando y creo que puedo; ¿por qué no? .Después de todo nunca dejé de hacerlo. Recuperé mi nube, la pegué poquito a poco y la restauré. Ahora soy feliz.

Correría bajo la lluvia; ahora sería el momento perfecto. Sin nada que estorbe a mi cuerpo; adiós ropa... Notaría como cada gota cae para bañar cada centímetro de mi cuerpo y hasta lo que no se encuentra físicamente en él... moral bañada por la lluvia de un invierno frío; infinito.

Recuerdo tus palabras. Aquel mundo al que me transportas. Me haces llegar a un lugar donde todo es mejor cada vez que pronuncias mi nombre; cada vez que se suena tu voz. Es increíble ver hasta dónde llega la magia que emana de ti y me envuelve poco a poco, muy despacio...

Camino lento. Las calles se deshacen en charcos de recuerdos. Mi mente se paraliza por completo y le cuesta recordar con claridad pasados dolorosos. Te siento y cierro los ojos. Llego a mi mundo tan imperfectamente perfecto donde puedo saborear mis sueños. Después llega mi realidad; todo desaparece. Mis ojos me piden que les deje llevar mi lluvia interior al exterior… siento que llueve más fuerte.

Necesito sentirte cerca, perderme. Gritaré, no dejaré que se acumule el daño; encontraré las vías de escape. Correré hasta que no pueda más, no seguiré  los caminos que me impongan, perderé la poca razón que me queda, buscaré aquello que me haga sentir libre; tú lo haces.

Mi inspiración basada en ti quiere salir; y otra vez me pregunto: ¿por qué no?, hace ya demasiado tiempo que no dejo que fluya de esta forma. Busca el exterior, sale y se funde con mis alas; con todas las plumas creadas de sueños; cada una representa uno y tú también.

¿Ahora?, mírame en mi vuelo; no soy invisible… 

Donde se esconden los besos. (Parte 1)


Una vez más, empiezo ese ritual anterior al proceso de creación. Me preparó un té que suele ser pakistaní; doy un par de vueltas a oscuras por la casa, procurando no hacer ruido; saco de su escondrijo los materiales que creo necesitar y pongo algo de música: Vetusta Morla, Love of Lesbian, Supersubmarina... depende del día. Entonces, cuando todo está listo intento empezar con el espectáculo de magia, al principio no me salen los trucos y me toca esperar a que la inspiración quiera despertar para ir tras mi musa. Le recita poemas el oído, casi susurrando. Y noto un escalofrío por la espalda. Ahí es cuando empieza la magia de verdad.

Entro en una especie de burbuja que me aísla del mundo, donde no importa el tiempo, ni el lugar. El pincel baila en mi mano cuando pinto y el lápiz se desliza por las páginas en blanco casi sin que me dé cuenta cuando decido escribir. Me convierto en una espectadora silenciosa de mi propia obra y eso me hace sentir bien.

En algunas ocasiones, la inspiración se vuelve triste y las lágrimas se mezclan con los colores primarios o dejan la tinta corrida en las hojas de papel para crear dolor en forma material. Otras, la gran mayoría de veces, trato de pintar amor y escribir besos. Eso es lo más complicado. Nunca se tiene la certeza de que un beso escrito sea lo suficientemente bueno como para darlo. Tampoco es fácil saber si el amor que se siente es tal y como lo pintas. Nunca es lo mismo. Nunca se llega a sentir el sabor de un beso solo con escribirlo. Y a veces, eso duele; otras, prefiero no pensarlo.