miércoles, 30 de enero de 2013

Sabor a óxido


Fui sintiendo poco a poco como las plumas que antes recubrían mis alas empezaban a caerse…

Durante noches lloré de impotencia mientras caían al suelo. Intentaba recogerlas para guardarlas en un lugar seguro, pero al contacto con mi piel se deshacían en cenizas que acababan siendo arrastradas por el viento. Ahora ya no queda ninguna, y la estructura que las sostenía se ha vuelto de hierro solo para oxidarse y destrozar mi espalda.

No me quedan fuerzas suficientes para moverme, probablemente mi esqueleto también se esté transformando y no puedo con el peso de mi propio cuerpo.

Mi alma, sencillamente, se fue con las plumas que ya no están.


2 comentarios:

  1. Guarda las cenizas, las alas podrán o no volverte a salir, pero dicen que donde hubo fuego, cenizas quedan, y te sorprendería lo que resurge de las cenizas...

    Sigo pensando que escribes mejor que yo :), y me gusta mucho tu post, aunque me entristece mucho, porque aun estoy saliendo de una situación similar, y me siento totalmente identificado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las cenizas tienen que dar de sí, de eso no me cabe duda.
      Gracias, peor no creo que escriba mejor, cada uno tiene su estilo único e irrepetible, y eso nos hace especiales. Y ya sé que escribo cosas un poquito tristes, pero eso depende de como esté. Verás como todo se arregla ;)

      Eliminar