sábado, 25 de enero de 2014

Enferma de realidad

Hay heridas que no sanan, no...
de ellas sigue brotando la sangre,
tal y como el primer día,
infectadas por un mal que sigue ahí.


Por un momento, me imagino lejos,
en cualquier otra parte del mundo,
correteando desnuda bajo la lluvia
curando heridas bajo el agua.


Sueño con abrazos, con tu piel y la mía,
con sonrisas que no se rompen
al contacto con la realidad,
y mis ojos se vuelven tristes.


La burbuja del sueño se rompe y yo,
yo caigo de nuevo a mi mundo, al real,
a mi cuarto con las luces apagadas
y la ventana abierta, mirando las estrellas.


A menudo me pregunto, lo mismo:
si podrás ver las estrellas,
si ellas también te harán soñar
y, por qué no... si pensarás en mí.


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